Buscar este blog

13 de junio de 2011

Cap. 9: Las galerías de arte son abusonas.



A los que no me conocéis, os diré que empecé en esto de la fotografía ahora hace poco más de un año. Debido a la crisis, me quedé en el paro. Fue un golpe duro pero a parte de seguir buscando trabajo, decidí aprender fotografía por mi cuenta. Me compré la Nikon D80 de segunda mano y poco a poco, con la ayuda de Internet y de los súper video tutoriales del Youtube, he ido aprendido.

Las cosas han ido mejor de lo previsto. Con casi 4000 fans en Facebook, 7 exposiciones diferentes, seleccionada como Joven Fotógrafa del 2011 y apariciones en radio, prensa y televisión; es más de lo que podía esperar. La fotografía se ha convertido, para mí, en más que una afición. Es, de algún modo, mi pequeño proyecto personal, un proyecto que quiero que llegue a cuanta más gente posible, para que todos se contagien de lo que me apasiona y me hace vibrar.

Como en todo, a medida que uno va alcanzando sus metas quiere más, y mi intención era abrirme camino a nivel internacional. En agosto expondré en el VISA OFF de Perpiñán, que es la parte no profesional de la feria más importante de fotoperiodismo del mundo: el VISA POUR LE IMAGE. Sin embargo, ahora que vivo en Amsterdam, quiero probar suerte aquí. Ya antes de venirme envié mi CV y mi portfolio a varias galerías de arte y tuve 0 en respuestas. Fatal, muy rancios.

Ahora que estoy aquí es más fácil ir a llamar puertas. Al menos te ven la cara y es mas difícil que te ignoren. Hace un par de semanas pasé por enfrente una galería de arte contemporáneo de potra. Aparqué la bici y entré a preguntar por la “mánager”. Estaba reunida y me dijo que le enviara mi web y que ya se lo miraría.

Así lo hice. Le escribí un correo electrónico explicándole mi corta pero intensa trayectoria fotográfica y que me encantaría exponer en su galería. Como no recibí respuesta llamé pero la encargada aún no se había mirado mi web. Pasaron unos días y volví a llamar y entonces fue cuando me dijeron que me acababan de escribir un correo diciéndome que SÍ, que les encantaría exponer mi trabajo.

Me puse muy contenta. Fui a la reunión con ellos y me contaron como funcionaba todo. Y ahí es cuando TACHÁN!!!!! Sorpresaaaaaaa!!! ¿Quieres exponer maja? Pues a pagar -_-‘ Os explico.

Sí, para exponer tienen que tener un perfil concreto para que te seleccionen. Hasta aquí todo bien, comprensible. Pero se ve que estos, en lugar de cobrar comisión por pieza vendida, el pobre artista motivado de la vida (osea, YO) tiene que pagar para alquilar la pared. Como no tienen suficiente en cobrarte 290€ por metro, te obligan a alquilar 2 metros por los 2 meses que dura cada exposición. Esto son 580€ o lo que equivale a un cuarto de mi riñón derecho (sin contar que tendré que pagar las impresiones, los marcos, y toda la pesca). Si hago cálculos es una pasta (y como cateé mates en el cole, seguro que me descuido algo y es aún más caro).

Pero esto es una oportunidad y para consolarme siempre pienso “es una inversión Alicia… es una inversión”. Y eso espero, porque sino estoy jodida.

¿Solución? Pedir dinero a alguien. O que es lo mismo y más aceptado socialmente: buscarme un sponsor.
No es fácil, pero el otro día en la reunión de los lunes el jefe dijo: si alguien tiene proyectos personales artísticos/fashion/creativos y quiere que le ayudemos en algo, que lo comparta con nosotros y veremos como lo hacemos.

Y mi cerebro aún medio en coma VIO LA LUZ. Esto tenía que ser una señal divina, el destino, mi BIG CHANCE. Escribí un correo al boss explicándole esto de la expo y que buscaba sponsor o colaboradores y mañana a las 11am tengo un meeting con el jefe para darle más detalles.

¡Necesito que me ayuden! Dios todo poderoso, si existes, haz que esta noche el jefe tenga mucho sexo, que los niños se porten bien y que ganemos el pitch de la semana que viene. Haz que se sienta el hombre más feliz del mundo aunque viva en la ciudad con el clima más mierda de Europa. Haz que quiera sentirse mejor persona y que por eso, y por todo lo demás, ¡quiera DARME PASTA!

Deseadme suerte gente.

10 de junio de 2011

Belle Cinéma: la oscuridad se cierne sobre mi.


Fotografiar lugares abandonados tiene sus limitaciones y no siempre es fácil.
Cuando me dijeron de hacer un reportaje de un cine/teatro abandonado me emocioné mucho; tendría algo diferente en mi book.

Lo que no me esperaba era que, una vez dentro, todo estuviera a oscuras. TODO.
Siempre trabajo con luces naturales que me ayudan a conseguir las texturas y a embellecer el objeto. Pero el flash… el flash no solo no me gusta sino que además nunca lo había utilizado para un reportaje. La luz es fuerte y temía quemar las tomas. Por si fuera poco, no disponía de mi flash externo y debía tirar del acoplado.

Finalmente, pensé que lo mejor seria colocar la cámara en el trípode, ponerlo en manual, aumentar la ISO y esperar a que mis compañeros disparasen para que la cámara absorbiera la luz de los otros flashes. El resultado no fue muy bueno. Así que probé de disminuir la velocidad de obturación, dejar la ISO a unos 800 (más o menos) y hacer barridos de luz con las linternas de las que disponíamos. La cosa mejoro, aunque cuando miraba la foto pensaba “uffff mano de Photoshop que me espera”. La foto era fría y con muchos contrastes.

Cuando llegué a casa y me miraba los archivos no sabía qué toque darle. Las empecé a trabajar manteniendo el color original pero no me convencía. El contraste entre zonas oscuras e iluminadas era duro y encima las fotos, en cuanto a colores, era muy plana (básicamente predominio de un amarillo-hepático-chungo).

Probé una en blanco & negro y fue cuando vi la luz. Como muchas fotos ya tenían ruido por la ISO alta pensé que lo mejor sería por darle al reportaje un aire antiguo. Aunque me costó renunciar al color, creo que ha valido la pena.