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5 de enero de 2010

R.I.P

Hace pocos días mi abuela me llamó para decirme que había encontrando un muñeco de cuando yo era pequeña. Yo, presa de un ataque de nostalgia, fui corriendo a recuperar a ese “muñeco” que no recordaba.

Después de 20 años en un desván, creí conveniente lavarlo a 90ºC para desinfectarlo y evitar cualquier enfermedad chunga desconocida. También pensé que si lo lavaba a 90ºC mejor centrifugarlo bien para ahuyentar las bacterias restantes. 1400 revoluciones era una buena opción. O eso pensé hasta que lo saqué y me encontré al oso descuartizado.

1 minuto de silencio por su muerte.

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