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21 de agosto de 2008

Los cerdos pasan de todo


Actualizo desde la Universidad.

Llevo días dándole vueltas a ciertas cosas.

Llegué a Londres hace ya más de 4 meses. En 4 meses, 4 semanas, 4 días, 4 horas, 4 minutos o incluso en 4 segundos; pueden pasar muchas cosas.
Básicamente lo que sucede cuando te vas fuera, es empezar de nuevo. Lo que más nos preocupa a la mayoría es: los amigos. Evitar como sea la soledad. El tener que ir solo a comer, a un museo, al cine, mirar una película en tu habitación... la soledad en general. Sabes que tienes a los tuyos pero de poco sirve. Tú estás solo aquí. Nadie puede ayudarte excepto la gente que hay por tu alrededor. A veces amable, otras insoportable.

Cuando consigues integrarte en un grupo y sentirte cómodo, ya han pasado semanas. Al principio es fácil. Como tú, hay otra mucha gente. Así que te juntas con lo primero que se te cruce. Es cuestión de supervivencia. No importa la raza, la edad o lo que haga. Tu solo quieres tener a alguien con quien hablar y averiguar que es lo que le ha llevado hasta aquí. No importa la razón que sea, todos tenemos algo en común: empezar de zero.

Con los días, vas viendo con quien te llevas mejor y es entonces que empiezas a seleccionar. Ves que hay gente que se parece más a ti y quien no. Sin embargo, aquí todo da muchas vueltas y quien creías que podría ser ese o esa tu amigo/a, te das cuenta de que no y aquella persona que ignorabas, ahora es con quien mejor te llevas. Lo que pasa es que no siempre escoges tú. Un día te das cuenta de que has sido tu el escogido y con aquella persona que creías que todo iba genial y os llevabais tan bien, ahora, por alguna razón, ya apenas te habla o no cuenta contigo. Así que todo aquello que habías construido para evitar la soledad, se derrumba en parte. Te sientes frágil, inseguro y vuelves a encerrarte en tu mundo y con tu mp3 a por todas partes. Te preguntas que habrá pasado o que habrás hecho. Te preocupa el porque de ese cambio. Sin embargo, luego te das cuenta de que simplemente pasa. Que cada día que nos acostamos, es para levantarnos de una forma distinta. Los días pasan y cada cosa que haces durante el día, inconscientemente te cambia. Te cambia a ti, la manera de hacer, de expresarte, de sentir y de mostrar. Y en algún momento de ese proceso, mejoras algo de ti y empeoras otra. Mantener el equilibrio es muy difícil. Intentas hacerlo tan bien como puedes, pero cuando te centras en mejorar algo de ti para ser mejor persona, te olvidas de otras que al quedar abandonadas, se marchitan.

Irse de casa en busca de nuevas oportunidades es lo más grande que hecho en mi vida (o una de las más grandes). No es fácil, pero tampoco es para que la gente le de tanto miedo irse a otro país. Se aprende de todo y de todos. Especialmente de uno mismo. He dejado a personas a las que quiero mucho y que no pasa día en que no tenga un rato para dedicarles. Pienso en ellos, qué harán, cómo estarán, que ojalá estuvieran aquí... pero luego pienso: ¡soy la tía mas afortunada del mundo al poder estar aquí! Porque todo esto es nuevo y encima no renuncio a lo que ya tenía. Simplemente queda "ahí" pero siempre presente en mi mente.

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